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Los encuentros con los ocupantes de los ovnis no pueden ser ignorados; son demasiado numerosos…
Doctor J. Allen Hynek.
The Ufo Report.
Fenómeno Ovni / Octubre 2014
Contacto físico grupal en Monte Shasta (2014)

Contacto físico grupal en Monte Shasta

California, Estados Unidos

20-21 de septiembre 2014

 

Todo esto es muy reciente. A menos de una semana del encuentro físico con un ser extraterrestre humanoide en Monte Shasta, las emociones aún están en “carne viva”. Y lo seguirán estando en mucho tiempo: un grupo de siete personas fue testigo de la presencia física de Antarel, un ser de elevada estatura que procede de Alfa Centauro.

A pesar de que no hubo una larga interacción con ese gigante de aspecto nórdico, lo poco –o mucho­– que nos transmitió ha permitido hilar una importante cadena de informaciones que hemos venido recibiendo desde nuestras expediciones al desierto de Gobi en Mongolia y Altai en Siberia.

Ha sido muy significativo.

Procuraré resumir esta experiencia en las siguientes páginas.

 

Arriba: una vista de "Sand Flat", al pie de Mount Shasta. Allí se daría el contacto programado.

 

La invitación a Paola Harris

Era el 2 de agosto. Nuestro grupo expedicionario dejaba a sus espaldas la cautivante figura del Belukha luego del trabajo realizado[1], y se enrumbaba, de regreso, hacia el campamento base en Vysotnik. Estábamos a unos 50 kilómetros de ese punto que nos permitiría tomar un vehículo hacia Barnaul, la ciudad y centro administrativo del krai de Altai, ubicada en el sur de la Siberia Occidental. Teníamos al menos dos días de caminata hasta Vysotnik.

Y así empezó todo lo que ocurriría en Shasta...

Durante esa intensa caminata, con las pesadas mochilas a cuestas, reflexionaba en todo lo que habíamos vivido en Yarlu y Akkem. Mi mente, en ese momento, viajaba a Shasta. Los bosques de pinos en el Altai que atravesábamos eran muy similares al paisaje que uno puede ver al pie de la mágica montaña de California. Incluso, se respiraba la misma presencia sobrenatural. Tal vez esta “asociación” fue lo que me conectó con un mensaje que irrumpió, de pronto, en mi mente:

"Estaremos en Monte Shasta. Invita a Paola Harris. Es importante...”.

Sin dificultad, pude identificar en ese mensaje a Antarel. Pero, a pesar de la claridad del mismo, y de la propia manifestación de las naves de los Guías extraterrestres sobre nuestro campamento durante uno de los descansos en el camino de regreso, me resistí a tomar la sugerencia del extraterrestre. ¿Invitar, nuevamente, a un periodista para que participe de nuestras experiencias de contacto? ¿Para qué? Apenas había pasado un año desde el exitoso avistamiento programado con Michael E. Salla Ph. D. en Monte Shasta. ¿Qué empujaba a los extraterrestres a concertar un nuevo encuentro al pie de esa montaña en los Estados Unidos?

Con esas preguntas abandoné Rusia. Y pocos días después, en España, Antarel volvió a mencionar la invitación a Harris en una psicografía que recibí en Málaga. Adjunto el mensaje completo:

 

Málaga, España.
10 de agosto de 2014.
Recepción: Ricardo González


Sí, soy Antarel:

Los ecos de vuestra expedición aún resuenan y resonarán en nuestros corazones. Poco a poco irán hilando la gran cantidad de información que han recibido, un conocimiento que se hará más consciente, pues mucho ha sido lo vivido y parte de ello está aún protegido en vuestra memoria. Los guardianes de los accesos físicos al Monte Belukha (sentí que Antarel, el extraterrestre del planeta Apu, se refería a los “sunkies”), estuvieron con ustedes aquella noche en vuestro campamento. Se aproximaron para trabajar en vuestros sueños, y así facilitar la adaptación de tan intensas emociones y revelaciones. Como sabes, ellos se mueven en ese plano y les seguirán asistiendo desde allí. Tenga paciencia hasta que se complete el proceso.

Confirmamos que vuestro próximo viaje y tarea será en Argelia. Aguarden al encuentro en Capilla del Monte. Allí recibirán los detalles. Por lo pronto, prepárate para Shasta. Nos mostraremos. Y podrás invitar a Paola Harris. Lo hacemos para seguir apoyando tu labor sostenida de difusión del mensaje, y para promover una visión más real de nuestra intenciones de ayuda al ser humano. Somos uno.

Con amor,

Antarel

 

Este mensaje psicográfico de Antarel me dio la fuerza necesaria para atreverme a invitar a Paola Harris. Sería la quinta ocasión en que participaría a un periodista o investigador de nuestras experiencias de contacto.

Ver: http://www.legadocosmico.com/articulos_detalle.php?id=307&tipo=Fenómeno_Ovni).

Y Harris, es un caso especial. Es una periodista e investigadora de campo, especializada en el fenómeno de los no-identificados. Sigue el tema ovni desde 1979, habiendo trabajado por varios años al lado del Dr. Joseph Allen Hynek[2] –el “padre” de la ufología, astrónomo y asesor científico del Proyecto Libro Azul, y responsable en gran medida del guión de la película “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo”–, además de haber entrevistado a los más preclaros testigos ovni, desde militares, a prelados del Vaticano o Ministros de Defensa. Harris, autora de diversos libros y ponente en numerosos Congresos sobre esta temática, es considerada una de las más importantes investigadoras ovni a nivel mundial. Tenerla en Shasta con nosotros, sería un verdadero honor. Y tremenda responsabilidad...

Luego del mensaje de Antarel me comuniqué con el grupo de viaje al Altai y les notifiqué que los  Guías estarían en Shasta y con Paola Harris de testigo. Debido a la naturaleza de lo que podía ocurrir, decidimos ser cautos en una primera instancia con el mensaje para no generar un desborde de gente en la montaña. Recién lo dimos a conocer públicamente el 16 de septiembre –cuatro días antes del encuentro en Shasta–, luego de que habíamos cerrado el grupo que acamparía en la montaña. Y, a pesar de nuestra prudencia, teníamos la impresión de que la gente “sentía” que este nuevo encuentro en Shasta sería especial. Las peticiones para participar de este campamento nos superaron. Habitualmente, hacemos trabajos en Shasta con grupos moderados de 50 a 70 personas, que es el límite que ponen los guardaparque al ser Shasta una reserva natural. Y teníamos más de 250 personas inscriptas solo en el sitio web de Facebook. Y otras tantas por correo electrónico y gente conocida de los grupos de contacto. Fue por estas razones que no pudimos aceptar más peticiones de participación. Incluso, tuvimos que gestionar un permiso especial con los guardaparque por el volumen de gente que teníamos.

Ahora bien, al margen de todo esto, nuestro objetivo principal –aunque resulte extraño decirlo–, no era el contacto extraterrestre, sino hacer un trabajo por la paz mundial, basado en técnicas de meditación y cadenas de irradiación al planeta. Es el motivo que nos hizo elegir el 20-21 de septiembre como fechas del encuentro: recibir en Shasta el Día Internacional de la Paz. Personalmente, estaba convencido de que los hermanos del cosmos se manifestarían en ese contexto de armonía. Por ello deducimos que Harris, más que a un avistamiento programado, venía a participar activamente de este “espíritu”.

Richard, siento que en Shasta se abrirá una puerta xendra (concentración de energía que permite conectar con otras realidades[3])”, me dijo Raymundo Collazo, de Estados Unidos, mientras hablábamos por vídeoconferencia sobre la invitación de los Guías a Paola Harris. Y añadió: “Y siento que Paola va a ingresar a ese xendra...”

Confieso que me impactó la percepción de Raymundo. Pero si algo tiene mi compañero de expediciones a Paititi, Roraima o Altai, es sentido común y objetividad.

Luego de nuestra charla tuve varios sueños, que pensé podrían estar influenciados por todo lo que hablamos. En ellos veía a un grupo pequeño ingresando al xendra, y que yo iba a buscar a Paola Harris para llevarla a la “puerta”. En el sueño, Paola parecía estar nerviosa o sensible ante la experiencia, pero se armaba de valor y entraba con el grupo a esa concentración de energía. Al despertarme con estas imágenes, compartía con Sol mis impresiones. Le decía que también la veía dentro del xendra, pero que yo me quedaba afuera de esa energía apoyando. Sol, desde que hablamos con Raymundo, estaba segura que ella participaría de ese contacto. Pronto, las confirmaciones llegaron.

Alejandro Szabo -médico cardiólogo en Chile, y compañero en el viaje al Altai-, me envió un mensaje el 14 de agosto. Lo había recibido originalmente el día 11, solo 24 horas después de la comunicación que los Guías me hicieron llegar en España con la invitación a Harris. El mensaje, confirmaba la intuición de  Raymundo de un xendra para Mt. Shasta:

 

“...En Shasta, en septiembre, habrá una conexión con el recuerdo para los que asistan. Tendrá que ver con lo vivido en el Altai. Los hermanos del cosmos asistirán no solo físicamente, sino también tutelando las experiencias personales y grupales. Se sorprenderán. Habrá experiencias xendra en la noche. Richard debe de estar atento. Todo estará coordinado...” (Emuriel).

 

Luego, Corinna Muzi de Italia me escribió y me comentó que los Guías también le habían hablado de un xendra en Shasta. Acto seguido, Fernando López de México nos informó que había tenido un avistamiento sobre su casa en Guadalajara, al lado de sus padres –la experiencia fue el jueves 11 de septiembre–, y luego de ello recibió un mensaje en donde los Guías le confirmaron el xendra en Shasta. Seis días después, Alejandro, durante su vuelo a los Estados Unidos, canaliza un dibujo de las siete personas que entraban en el xendra, coincidiendo perfectamente con los sueños y percepciones previas que ya habíamos tenido. Harris, Sol y otras personas que habíamos sentido aparecían dentro de la energía. De acuerdo al mensaje recibido por Alejandro, él y yo no participábamos de la experiencia.

Carlos Quintanilla, de los grupos de contacto de Los Ángeles –ajeno a todo esto que estábamos recibiendo–, se comunicó conmigo y me dijo que durante un campamento que realizaron en Shasta con un grupo pequeño, habían recibido que en nuestro encuentro se abriría una puerta xendra. ¡Por todos lados empezaron a llegar las confirmaciones!

Como ya dije, ante este panorama, decidimos ser prudentes para no generar expectativas. En el encuentro nos concentraríamos en los trabajos por la paz. Pensaba que si esa puerta de luz se iba a abrir, todo se tenía que dar naturalmente y en armonía. Y así fue.

 

Antarel y el umbral de luz

Acampamos en Shasta desde la tarde del 19 de septiembre. Ese mismo día llegó Paola Harris, acompañada por Raymundo y un hermoso grupo de Las Vegas (Nevada), que la fueron a buscar en el aeropuerto de Sacramento.  Nuestra “base de operaciones” fue Sand Flat, una explanada a 2057 metros de altura que permite una linda vista de la montaña. Allí nos congregamos más de 160 personas de diferentes países.

Fue un placer conocer en persona a Paola. A pesar de su dilatado trabajo como investigadora del fenómeno ovni, acudió al encuentro como una más del grupo. Fue muy amable con todos, sencilla, agradable y humilde. Con un gran carisma y al mismo tiempo intensidad y pasión por lo que hace. No tengo reparo en decirlo: cuando la abracé, sentí que la conocía de siempre.

Esa misma noche, el grupo que ya había acudido a Shasta, fue testigo de dos avistamientos. Los Guías del cosmos ya empezaban a mostrarse. Entonces recibí un mensaje telepático de Antarel, que comuniqué al grupo allí presente y que repetí a todo el campamento en la mañana del día 20:

Antarel me dice que la noche del 20, a las 20:30 horas, habrá una mayor aproximación de ellos que todos podremos verificar. A partir de esa hora se iniciará nuestro trabajo específico para recibir la medianoche del 21 en una cadena de irradiación por la paz”.

Mi intención no era generar expectativa, sino que la gente pueda ser testigo de un hecho concreto y objetivo. Paola seguía de cerca todo lo que estaba ocurriendo.

Así, entre charlas, meditaciones y todo tipo de trabajos energéticos orientados a envolver en luz al planeta, ocupamos la jornada hasta que llegó la “coordenada” señalada: las 20:30 horas. Previamente había hablado con todos los participantes del encuentro para guardar la calma ante los avistamientos anunciados, y aprender a discernir todo cuando ocurría en el cielo, desde satélites, iridiums  y sus típicos “flares”, o el paso de la ISS (Estación Espacial Internacional), que no era visible esa noche en Shasta de acuerdo al tracking de la NASA. La noche era fresca y despejada, con un manto hermoso de estrellas, ya que la luna estaba menguante, con apenas 9% de su luminosidad.

Y, a las 20:30 horas... Empezaron los avistamientos... Los Guías fueron impresionantemente exactos y concretos. Primero fue un objeto luminoso que trazó una trayectoria “sinuosa” en el cielo, mientras iba acompañado de otra nave, volando en paralelo. Luego el primer objeto aceleró “rompiendo la formación”, arrancando los aplausos de la gente. Harris, escudriñaba todo lo que estaba ocurriendo.

Fernando López se transformó pronto en el cronista de estas apariciones de las naves. Pudo captar al menos tres momentos con un equipo de visión nocturna (Yukon Ranger Pro). Debo decir que Fernando fue muy ingenioso, ya que el sistema de LCD que se añade a esos binoculares IR se acababa de estropear –y por consecuencia, no podíamos grabar lo que la cámara captaba–; sin embargo Fernando solucionó el problema adaptando su teléfono celular al visor del equipo. Así, se pudo filmar todo lo que el equipo de visión nocturna enfocaba. Reproducía con fidelidad lo que veíamos todos en el campamento: las naves, rodeadas en intensas luces, cruzando el cielo tachonado de estrellas. Fue importante contar con este aparato para tener una mejor referencia de la luminosidad y posición de los objetos en el cielo, algo que es muy difícil de captar con las cámaras convencionales por su poca sensibilidad a la luz (terminan reduciendo al objeto en un punto blanco y “apagan” las estrellas o cualquier elemento de referencia en un fondo negro).

Arriba: la adaptación que realizó Fernando López a la Yukon Ranger Pro para capturar los avistamientos.

Arriba: una captura de una de las naves. El vídeo del avistamiento se puede ver aquíhttps://www.youtube.com/watch?v=4DS7p4vZ7yU

 

Luego de estos avistamientos, todos nos reunimos en el centro de Sand Flat para realizar nuevas prácticas de meditación, a través de un ejercicio que consistía en caminar en silencio, a solas, por esa gran explanada. Es una forma de conectarse con uno mismo a través de la magia de ese bosque que nos rodeaba. Acto seguido, hicimos una nueva cadena de irradiación al planeta. Y, a voz en cuello, le pedí a los Guías una manifestación más de sus naves en el cielo, para confirmar si luego de todo lo vivido esa noche, aun restaba lo programado –en referencia al xendra–. Empezamos entonces a vocalizar el mantra Zin-Uru, una palabra que se desprende del texto esotérico “Las Tablas Esmeralda”, atribuido a Thot. Ese mantra significa “llave” y permite conectar con nosotros mismos y otras realidades. No tuvimos que esperar mucho: ni bien empezamos a mantralizar, una nave se “encendió” en el cielo nocturno, exactamente sobre nuestra ubicación, y empezó a moverse en dirección a una zona concreta de Shasta...

La luz era muy fuerte, y ante el aviso de Carlos Quintanilla, Fernando López grabó parte de la aparición de este objeto, mientras lo señalábamos con un láser de uso astronómico. Fue impresionante. En el vídeo se aprecia todo esto y hasta se escucha al grupo vocalizando durante la experiencia.

Al constatar la confirmación que le pedí a los Guías, sugerí a todos los participantes de este encuentro aguardar en el campamento base. Luego hablé con Raymundo y las personas del grupo que estaban al tanto del mensaje sobre el xendra. Sin perder tiempo, fuimos a busca esa “puerta” de luz.

Sentí que debíamos ir hacia la zona que había marcado la nave con su trayectoria. Curiosamente, era el mismo lugar en donde fui llevado dentro de una nave en la experiencia del 26 de agosto de 2012...[4]

Así, llegamos a un claro en medio del bosque, en donde se podía ver perfectamente la zona iluminada. Apagamos entonces todo el equipo electrónico que llevábamos con nosotros, incluyendo las linternas. Es una recomendación de los propios Guías extraterrestres cuando se está próximo a puertas dimensionales.

A pesar de que no había Luna esa noche, era impresionante cómo estaba iluminada esa zona... Era una “alfombra” brillante, que parecía elevarse unos centímetros del suelo. Raymundo y yo íbamos al frente cuando hallamos el xendra. Detrás venían Fernando, Sol, Corinna y Alejandro. Y, de pronto, de en medio de esa energía concentrada surgió una fuerte sensación de presencia, que nos “golpeó” en el pecho. Nos detuvimos, menos Fernando y Sol, que, movilizados por algo, siguieron caminando hasta encontrarse con una persona de pie...

Emocionados, vieron que en el medio de ese claro, al lado derecho en donde se hallaban dos pequeños pinos, había una figura enorme humanoide. No era “traslúcida” o “brillante”. Era un ser sólido y concreto que estaba de pie frente a nosotros. Todos los vimos...

En ese momento sentí, claramente, una voz en mi cabeza que me dijo: “Sí hermano, soy Antarel. Deténganse aquí...”

Inmediatamente le advertí a Fernando y a Sol que se detuvieran. Ellos quedaron a unos ocho metros del Guía extraterrestre...

 

Arriba: dibujo que recrea la apariencia de Antarel (Bibi Sumay).

 

En medio de la energía y esa inolvidable noche estrellada, se podía ver perfectamente la silueta de este gigante de casi tres metros de estatura. Estaba vestido con un enterizo pegado al cuerpo, de un color azul-gris muy oscuro. El cabello era largo y blanco, perfectamente visible. Antarel se hallaba bien erguido, con los brazos descansando a ambos lados y con su cabeza recta hacia nosotros. En ese momento, nadie pensó en hacer fotografías. Nadie pensó en lo que estaba pasando. Solo lo estábamos viviendo con una gran alegría. El grupo –con Fernando y Sol adelante– estaba ante Antarel, quien se hallaba físicamente en la zona inmediata al xendra...

Instantes después, Antarel retrocedió para perderse en el bosque. De acuerdo a Fernando y Sol, que eran los que estaban más próximos, el extraterrestre de Alfa Centauro no caminó hacia atrás, sino que se elevó ligeramente y levitó a escaso margen del suelo. Esta situación me recordó un contacto físico similar que viví en 2003 al pie de otro volcán como Shasta: el Licancabur de Atacama (Chile/Bolivia).

Luego de tremenda situación, acudí  al campamento para buscar a Paola Harris, Suyapa Reyes –que estuvo a la cabeza de la organización de este encuentro con el grupo de Napa Valley y San Francisco– , y a Mercedes Gonzáles de Las Vegas. Estaba cumpliendo el “sueño” que había tenido antes de este encuentro en Shasta, y estaba siguiendo las indicaciones recibidas de los Guías a través de varias psicografías.

Así, le pedí a todos que apoyaran desde el campamento la experiencia a través de meditaciones. Y debo decir que a pesar de que éramos un grupo muy grande y heterogéneo, no hubo ningún desborde ni desorden por ir corriendo a buscar a Antarel. Todos comprendieron perfectamente la situación y las pautas previas que los extraterrestres habían entregado: un grupo de siete personas entraría en esa energía en representación de cada uno.

Harris estaba emocionada. Sensible –como en mi sueño–, pero al mismo tiempo firme y atenta a todo.

Cuando llegamos al lugar, Harris pudo verificar la fuerte energía de la zona, y cómo ésta era perfectamente visible. ¡Wow!, exclamó cuando vio ese manto blanco brillante focalizado...

Carlos Quintanilla de Los Ángeles también venía con nosotros. De esta forma, el equipo que ingresó al xendra estuvo conformado por Paola Harris de Colorado; Suyapa Reyes, hondureña, de Napa Valley; Mercedes Gonzáles, peruana, de Las Vegas; Raymundo Collazo, uruguayo, de Atlanta; Fernando López de México, Sol Sanfelice de Argentina y Corinna Muzi de Italia. Carlos, Alejandro y yo permanecimos fuera de la energía para apoyar.

Un xendra es, básicamente, una concentración de energía artificial que permite experiencias dimensionales a distintos niveles. Esta información fue recibida originalmente por el Grupo Rama de Perú en los años 70[5]. Estos portales, de acuerdo a lo que los propios extraterrestres me han explicado, no son totalmente físicos. Funcionan más como “entornos holográficos” en donde el testigo puede ser “proyectado” hacia otro lugar, o recibir “paquetes de información”, con pautas e indicaciones, en el breve periodo de tiempo que permanezca dentro de esa energía.

Y eso fue lo que sucedió dentro de ese “umbral” que los extraterrestres “abrieron” en Shasta. Todos los que ingresaron vivieron algo, o recibieron importantes revelaciones. Por ejemplo, a Fernando López le mostraron el vínculo que tenemos con viejas civilizaciones extraterrestres. Suyapa tuvo una gran sensación de confianza: era como si alguien la estuviera "cuidando" dentro de esa energía. Allí se percibió suspendida en un lugar sin espacio ni tiempo, y que era "proyectada" hacia otro lugar, aunque le costaba comprender en donde estuvo. Pero eso sí: volvió con una fuerte presion en el entrecejo, como si le hubiesen puesto algo... Raymundo, no fue la excepción: vio también cómo le colocaban algo en sus manos, una suerte de energía azulada... A Corinna la hicieron reflexionar sobre todo lo que habíamos vivido en el Altai, y en la importancia de seguir trabajando por la paz, y de que el próximo paso sería el encuentro mundial a las afueras de Capilla del Monte. Harris, sin duda el motivo principal de esta experiencia que promovieron los extraterrestres –para que ella los pudiese “sentir”­–, advirtió que alguien la observaba desde el bosque. Y “supo” que se trataba de Antarel... Todo esto ocurría mientras escuchaba unos sonidos extraños, como si fuese un eco o radio de comunicación, a la par de un lenjuage ininteligible que surgía de la nada.  Sol también reportó el mismo fenómeno. Y Mercedes experimentó esa misma “comunicación” con Antarel desde el interior de la energía, sintiendo al extraterrestre observando todo desde el bosque. De acuerdo a Harris, los sonidos que escuchaba se transformaron, finalmente, en una frase, en perfecto inglés, que no escuchó en su cabeza, sino que parecía salir del bosque. Una frase que provenía desde el sector en donde sentía se hallaba Antarel. Simple como poderosa, la frase era: “Thank you... “ (Gracias).

Luego de ello “recibió” otro mensaje e indicaciones que prefiere mantener en privado.

Esta experiencia me cambió la vida”, nos diría después Paola, visiblemente emocionada. Y añadió:

Ricardo, ya no te preocupes tanto en invitar a periodistas e investigadores para corroborar los contactos. Esto es real. Y quien quiera verlo así lo sabrá. Hay que concentrarse en seguir adelante porque no hay tiempo...”

La recomendación de Paola me trajo a la mente un mensaje que el propio Antarel me había hecho llegar en Santiago de Chile, el pasado 23 de febrero. ¿Acaso el gigante de Alfa Centauro la había “inspirado” para que yo recordara esa comunicación? El mensaje que recibí en Chile decía:

“...Seguirás compartiendo estas experiencias de interacción con nosotros con un público que abrirá su corazón a nuestra amistad. Debes comprender que la corroboración del contacto, teniendo como testigos a investigadores y periodistas, pronto será un hecho anecdótico. El mensaje, como saben, es otro. Nos interesa más tener un mayor acercamiento con grupos preparados, sensibles a nuestra presencia. Cuando lo convoques, estaremos allí hermano...” (Antarel).

Como dije, todo lo que ha acontencido en Shasta es muy reciente. Nos tomará un tiempo procesar esta nueva invitación a un periodista para un contacto programado. Todo, ocurrió como Antarel había anticipado. Y Harris, con su presencia, marcó un “antes y después” al participar de estas experiencias como uno más de nosotros. Cabe añadir que al haber estado expuestos no solo a la energía del xendra, sino a la del propio extraterrestre de Alfa Centauro, algo se ha “impregnado” en nosotros. Ya lo he vivido en  otros contactos que he enfrentado en el pasado.

Al salir del xendra, Alejandro, Carlos y yo pudimos ver nuevamente a Antarel, en otro sector del bosque. El Guía nos observaba a cierta distancia. Entretanto, el grupo, mientras salía de la energía, emitía unas chispas blancas sobre la cabeza. Antarel parecía contento por el resultado de este contacto grupal.

No dejes de confiar... siempre estamos contigo”, me dijo mi viejo hermano de las estrellas...

Esto recién comienza...” escuchó Alejandro en su mente.

Carlos Quintanilla, observando a Antarel, escuchó: “Paola y Michael (Salla), además de su trabajo personal, deben unir esfuerzos para un trabajo en común...”

Cuando el grupo de siete abandonó el xendra, un destello fluorescente surgió en el lugar. Los que estábamos aguardando al grupo salir lo vimos, como si la “puerta” se estuviese cerrando. Y fue tan fuerte, que algunas personas del campamento base, pese a la distancia, vieron ese extraño resplandor...

 

Arriba: lugar exacto donde apareció Antarel, y en donde más tarde se viviría la experiencia xendra. Foto: Paola Harris.

 

Al volver al campamento, cada uno de los siete compañeros que ingresaron al xendra –Paola Harris incluida–, compartieron brevemente lo que habían vivido. Fue un momento muy especial. Allí me enteré por Carlos Gomez y Alex Rodríguez, del grupo de Los Ángeles, que ellos habían visto la zona del xendra y su energía en gestación durante la caminata que hicimos previa al avistamiento confirmatorio. Fue precisamente Cindy Izaguirre, del mismo grupo de Los Ángeles, quien  se “tropezó” con la zona, pues al pasar por allí sintió tanto calor –a pesar del frío de esa noche– que se quitó su abrigo.

Poco antes de la medianoche y de recibir el equinoccio en una cadena de irradiación por la paz mundial, sentí nuevamente la presencia de Antarel. Pero esta vez no en tierra, sino sobre nosotros... El Guía extraterrestre empezó a hablarme, mentalmente, y le transmití su mensaje al grupo mientras esto ocurría. Trascribo el audio que capturó Carlos Gomez:

“Estoy sintiendo la presencia de Antarel nuevamente.  Y me dice que les transmita este mensaje a todos:

Que ellos están muy contentos con nuestra presencia aquí, en la montaña. Y cómo hemos podido lograr, en medio de nuestras historias personales, encontrar un punto de equilibrio, de balance, en todo lo que hemos hecho estos días. Dice que nos han estado observando de cerca, que son conscientes que muchos los han sentido, además de la presencia de sus naves en el cielo. Pero Antarel me aclara que a ellos les interesa más que los podamos sentir, y no estar tan pendientes de lo que podamos ver en el cielo; es decir, las manifestaciones de sus aparatos y vehículos.  Ellos también anhelan la paz por el planeta Tierra. Y me dice que les veamos como sus amigos, y que comprendamos que no siempre se pueden mostrar abiertamente para todos, ya que tienen un programa muy exigente de contacto que los limita en sus aproximaciones. Sin embargo, dentro de lo posible, tratan de acercarse a nosotros.

Antarel dice que les agrada nuestra energía humana, nuestras emociones; que en cierta medida se identifican con lo humano, pues nos han visto cuando hemos llorado, cuando nos hemos reído, cuando nos preocupamos por todo tipo de cosas. Dice que nuestra forma de vivir y sentir son “emociones” que en algún momento sus civilizaciones de origen perdieron. Por esa razón nos ven como su pasado y, al mismo tiempo, como su futuro.

Ya les hemos hablado de esto –dice Antarel–, y deseamos que sepan (Ricardo menciona: Antarel no está solo, hay un grupo con él) que no están abandonados, que no se hallan ajenos a nosotros: somos parte de una sola familia, y en este momento estamos aquí, con ustedes. Sientan nuestra presencia, porque también los acompañamos en este trabajo por la paz mundial, como si fuéramos uno.

En estos momentos estamos colocados sobre la vertical del grupo. Los podemos ver en el círculo que han formado. Podemos sentir sus pensamientos, miedos personales en algunos, dudas en otros, pero alegría en la mayoría. Son tan diversos y maravillosos, especiales. Al percibir sus pensamientos no es que los estemos “espiando”. Sencillamente estamos conectados con cada criatura. Y vemos que ustedes están buscando algo importante, algo que nosotros en nuestros mundos de origen siempre hemos buscado y que, sin embargo, perdimos en el camino en más de una ocasión.  Buscamos la paz y la sana convivencia fraterna; pero nuestra soberbia, amparada en nuestros conocimientos del Universo, nos hizo perder un contacto muy importante con el espíritu, con la esencia de las cosas. Habíamos “mentalizado” todo. Y hoy, viendo en sus pensamientos lo diversos que son, lo diferentes que son, y especialmente lo maravillosos que son, comprendemos que aún hay esperanza...

Les decimos gracias a todos porque a nosotros, a pesar de que nos ven como extraterrestres maestros, y no lo somos, también nos hacen soñar.  Nos ayudan a creer en algo inmenso. Algo que los afectará a ustedes y a nuestras civilizaciones de origen. Como saben –agrega Antarel–, muchos de nosotros hemos dejado o perdido nuestros mundos de origen, viajando muy lejos hasta la Tierra.  Vivimos de base en base, orbital o instalada en lugares secretos de su mundo.  Perdimos la conciencia del hogar. Pero hoy sentimos que la Tierra también es nuestro hogar, y se lo transmitimos con mucho respeto. Por esa razón también nos sentimos parte de la paz planetaria, por que todo lo que ocurra en su mundo nos afecta también a nosotros.

Nos despedimos. No se olviden que siempre seremos sus hermanos.

Con amor, Antarel

 

 

Reflexiones por la paz mundial

A la medianoche, todo el campamento se reunió en el círculo de piedras que habíamos creado con el símbolo de la Bandera de la Paz de Roerich (Chintamani). Allí realizamos una cadena de irradiación al planeta. Si bien es cierto, la paz se forja a través de hechos concretos, que se inician en lo personal y se proyectan hacia los demás, la meditación por una causa positiva mundial tiene su sentido. Y más aún cuando miles de personas en todo el mundo se estaban sumando a ese mismo pedido de paz.

 

Arriba: creando con piedras el símbolo que difundiera Roerich.

Arriba: el símbolo ya terminado.

Arriba: en ese círculo se concentraron los trabajos y meditaciones por la paz mundial.

 

Durante la práctica recordaba el mensaje de Emuriel, el ser cósmico que conocimos en la expedición al desierto de Gobi. Desde que realizamos ese viaje a Mongolia en 2007, con la aparición de Emuriel se fue delineando una nueva línea de trabajo. Un “programa” de acción que se “activó” siete años después del Gobi en el Altai, y que podría resumir en tres frases concretas que pronunció este ser sabio del cosmos:

 

“Dejarán de ser guerreros de la luz para ser embajadores de la Paz”.

“Pasarán de ser contactados a conectados”.

“La Nueva Shambhala no es un lugar, es la nueva consciencia de los servidores de la luz”.

 

Este “programa”, que tiene como emblema a Chintamani (la “Bandera de la Paz” de Roerich, en realidad es el símbolo de una hermandad cósmica), está en plena ejecución. Emuriel, uno de los “32 Mentores de la Luz” que arribaron a Gobi hace miles de años para el establecimiento de un centro de paz llamado “Shambhala”, es quien guía este proceso, y Antarel ha quedado a cargo de las experiencias en tierra. En Shasta el propio Antarel nos lo ha confirmado. Confieso que solo después de Shasta estoy comprendiendo las pautas originales que recibí en Gobi. Ciertamente estamos iniciando algo extraordinario.

Todo esto ha seguido un proceso muy claro. En agosto de 2012, en el contacto físico dentro de una de sus naves –experiencia que, como ya dije, ocurrió en el mismo bosque de Shasta en donde se vivió el xendra con Paola Harris–, Antarel hizo de enlace para conectarme desde esa nave con Emuriel. Allí surgió la confirmación para el viaje al Altai. Al año siguiente, también en Shasta, los extraterrestres permitieron invitar a Michael E Salla Ph. D. –uno de los “padres” de la exopolítica– a un contacto programado que ocurrió exitosamente y en la hora señalada ante 55 testigos. Entre ellos mi buen amigo Giorgio Piacenza, asesor civil de la Fuerza Aérea Peruana para la investigación del fenómeno ovni. Y, ahora, a semanas de haber concluido nuestra expedición al Altai, los Guías nos permitieron invitar a Paola Harris.

Todo esto parecía una “película”...

Pero es real...

“Cada parte de la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo es real Ricardo. Me consta porque lo hablé muchas veces con Joseph (Hynek). Él asesoró a Spielberg para ese film. La gente vio una película, pero la realidad es aún más extraordinaria...” Me diría Harris en una de las charlas en el campamento. Shasta, fue otro acontecimiento real y contundente.

Debo remarcar que los extraterrestres están muy atentos a todo cuanto está pasando en nuestro mundo. Su protocolo de acción les impide mostrarse directamente e intervenir. Pero para ello estamos nosotros. Cada trabajo, meditación o acción por la paz mundial, será importante. No hace falta que describa o analice el panorama internacional. Todos somos conscientes de lo que está sucediendo. Ahora tenemos que ser conscientes de que debemos cambiarlo.

Cuán importante será, para que Antarel se presente físicamente ante siete testigos, y que una reconocida periodista de los no-identificados pueda ingresar a un xendra para sentirlos y recibir un mensaje...

Fue Jezabel Vega Castellón de España quien más tarde me haría reflexionar en un detalle: en el encuentro que hicimos previamente en Monte Perdido, en Pirineos (20-21 junio de 2014), había recibido un mensaje -que compartí con las 180 personas allí presentes- que hablaba de un contacto físico para siete personas en el equinoccio (septiembre)... En ese momento, asocié esta experiencia a futuros compromisos en Monte Perdido. Pero ahora, veo mejor el panorama... ¡Desde junio estábamos avisados de lo que se esperaba en Shasta!

Como dice Paola, el tiempo corre, y hay mucho por hacer.

...Y es reconfortante saber que no estamos solos en esta tarea.

Arriba: en esta foto se halla parte del grupo que acompañó a Harris en la experiencia xendra. De izquierda a derecha, Mercedes Gonzáles, Corinna Muzi, Alejandro Szabo, Ricardo González, Sol Sanfelice, Raymundo Collazo, Beatriz Gerardo, y Fernando López.

Arriba: Luis Ochoa, Suyapa Reyes, Ricardo González y Sol Sanfelice. El grupo de Napa Valley (Susy, Luis, Delia y Javier, Anna, Alma, José, Elizabeth, entre otros queridos amigos) con el equipo de San Francisco (Mary, Edisson, Pamela y Fátima) fueron claves para la organización de este encuentro. Gracias.

Abrazo de luz,

Ricardo González

 

 

 

Un encuentro con Antarel

Reporte de Paola Harris

(Traducción del inglés: Pamela Ríos, San Francisco, CA).

“Como en la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, yo fui invitada”.

 

Esta película del año 1977, inició mi vida como investigadora del fenómeno ovni. A raíz de ese film, fui a buscar al “padre de la ufología”, el astrónomo Dr. J Allen Hynek, y con él trabajé seis años, hasta que falleció. Por lo tanto, es lógico que esa película haya sido “continuada” por una invitación a presenciar un contacto real, 34 años después, el 20-21 de septiembre del 2014.

El año pasado, estaba investigando experiencias de contacto y las interacciones de extraterrestres-humanoides cuando encontré a Ricardo González de Perú. Así, lo entrevisté para mi revista italiana Xtimes. El ser que lo contacta es un cosmonauta de porte atlético, de tres metros de altura, proveniente del sistema de Alfa Centauro. Dice llamarse Antarel.

Ricardo, es probablemente, uno de los investigadores más preparados y brillantes en el mundo. Es impresionante su compromiso con la paz mundial y su búsqueda por la verdad y sus muchos viajes alrededor del planeta. Es un peruano que vive en la Argentina con su compañera Sol Sanfelice, quien tiene una voz de ángel para cantar. Ricardo trabaja con un grupo de amigos, incluida Sol. Corinna Muzi de Roma, parte de ese equipo, fue mi interprete al español, ya que ella habla italiano, mi lengua materna.

Ricardo acababa de regresar del Altai, en Rusia. Así que todos estaban muy al tanto de la precaria situación geopolítica mundial, que no solo nos interesa a nosotros, sino también a la “gente de las estrellas”. En esos tres días que estuvimos en Mt. Shasta, envolvimos al planeta en luz, con ejercicios de mantras (como el “Om”) y técnicas de meditación.

Antes de este encuentro, Ricardo me escribió sobre su seminario anual de meditación en Monte Shasta, y luego me dijo que Antarel le había pedido que yo estuviera presente. Siempre he querido ir a Monte Shasta y en los tres días que estuve allí con 165 participantes de habla hispana, fue una experiencia emocional. Dormimos en las tiendas de campaña, bajo las estrellas, haciendo prácticas para elevar la frecuencia de grupo,  y meditaciones por la paz mundial. Así pasamos la mayor parte del día.

Fue en Shasta donde me cambió la vida...

Estaba muy contenta de ser parte de este maravilloso grupo hispano de trabajadores de luz, sabiendo que una nave extraterrestre estaba volando sobre nosotros, capturada por el equipo de visión nocturna de Fernando López. A las 20:30 horas del 20 de septiembre, dos OVNIs volaron paralelamente sobre nuestras cabezas tal y como se había predicho.  Era un augurio a lo que se venía...

Alrededor de las 22:00 horas, esa noche que abría el equinoccio de otoño, Ricardo nos pidió hacer un ejercicio diferente. Teníamos que mantralizar el OM, en medio de la explanada de “Sand Flat”, bajo las estrellas y sin usar las linternas. Esa noche no había luna llena, estaba totalmente oscuro y teníamos que dispersarnos y caminar en un área limitada por media hora. Durante ese tiempo, tendríamos que seleccionar una pequeña piedra para luego situarla en la bandera de la paz que fue construida con piedras en el campamento principal. Luego de esta caminata regresaríamos a nuestras sillas.

Ya en el círculo, noté que mi intérprete Corinna había desaparecido. En ese momento fue que Ricardo se apresuró hacia mí y me dijo: “Antarel está aquí”. “Mi grupo está con él. ¿Quieres vivir este contacto? ¿Consideras que lo podrás afrontar? Tendrás que venir al bosque conmigo si es así”.

Fue una decisión intensa que duró algunos segundos...  Una decisión que cambiaría mi realidad para siempre... Mi corazón latía muy rápido...

Antarel había invitado a dos damas más y las tres nos tomamos de las manos y caminamos hacia un extremo del bosque de Monte Shasta. Ricardo sugirió al grupo grande que continuase meditando con un amigo al que puso a cargo. Era inesperado para él también…

Al llegar al lugar de la experiencia, yo estaba a la derecha del grupo, y pensaba que mientras tuviese la mano de la otra mujer, estaría segura. Desde lejos, vi una luz levantarse del suelo... en el lado izquierdo de un pino... Ricardo me explicó que era un portal que se había abierto, llamado Xendra.

Luego vi a Corinna, y a lado de ella, a Sol Sanfelice, cuyos brazos estaban extendidos. Ella estaba buscando al gigante de tres metros, que había visto previamente en el bosque. Momentos atrás, Sol había marchado hacia él porque era la primera vez que le había visto físicamente. Luego Sol me dijo que quería abrazarlo...

Me pidieron entonces que nos soltáramos de las manos e ingresáramos al lugar del contacto. De pie, en medio de la noche, fue tal vez el momento más intenso de todos. Era una sensación de estar a solas en medio de esa situación. Pero podía escuchar a Ricardo, mantralizando detrás de nosotros, ya que él no era parte de este encuentro, solo nos apoyaba.

Era una invitacion de ENCUENTRO CERCANO, y un momento en el tiempo que transformó a un humano como yo a tomar conciencia que el bosque, la gente, las estrellas, Antarel... y el grupo, éramos ¡UNO! Entonces Antarel habló en un lenguaje que no podía entender. Era como una voz con eco, parecido a una transmisión de radio. Traté mucho en escuchar sus palabras que venían desde lo alto de los árboles, a mi derecha. Dos palabras fueron muy pero muy claras:

 “Thank You”! (Gracias).

Ambas palabras resonaron en perfecto inglés. Eran perfectas y claras, y vinieron en forma de eco...

Todos sentimos a Antarel, algunos lo vieron… y él me habló. Era un contacto...

Eso era de lo que este fenómeno se trataba:  no había separación.

Por más intimidante que fuera el contexto de la noche, el bosque y la situación de contacto en sí, ése momento de unidad es el que lo cambia todo...

Recuerdo que cuando conocí al Coronel Philip Corso por primera vez en Roswell, New Mexico, en 1997, él me dijo que había tenido contacto con un extraterrestre cuando se encontraba en el Red Canyon, y el ser le había pedido que abordara la nave.

El Coronel le preguntó: “Qué tienes para ofrecerme?”

El ser extraterrestre le respondió:  “UN NUEVO MUNDO, SI LO PUEDES SOBRELLEVAR”.

17 años después, Ricardo González le pregunta a Paola Harris “¿Puedes  afrontar este contacto, esta noche?

Esto cierra todo el círculo de la experiencia humana que ha involucrado mi investigación...

Y la respuesta es ¡SI! Sí al contacto y sí al cambio de paradigma

 

Gracias Ricardo y a tus amigos.

Gracias a Antarel...

 

 

 

NOTA: Hubo una transmisión psíquica el 16/17 de septiembre, en esa ocasión recibida por uno de los amigos de Ricardo (Alejandro Szabo). En esos dibujos se describía el evento del xendra con mi nombre marcado: “Harris”, al lado de un pino, en el mismo lugar donde yo estaba parada durante la experiencia. Todo estaba programado. Todo lo que necesitaba era decir “Sí”.

 

 

[1] Aquí se puede ver la conferencia completa que dimos sobre nuestro viaje al Belukha: https://www.youtube.com/watch?v=ke9nMJmf-_g

 

[2] Un artículo sobre el inicio de la “Era Moderna” del fenómeno ovni: http://www.legadocosmico.com/articulos_detalle.php?id=158&tipo=Fenómeno_Ovni

 

[3] Información sobre los xendras y los portales dimensionales: http://www.legadocosmico.com/articulos_detalle.php?id=180&tipo=Más_allá_de_la_Ciencia

 

[5] Un artículo que publicamos sobre el origen del Grupo Rama en Perú: http://www.legadocosmico.com/articulos_detalle.php?id=163&tipo=Fenómeno_Ovni

 

 

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