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Los encuentros con los ocupantes de los ovnis no pueden ser ignorados; son demasiado numerosos…
Doctor J. Allen Hynek.
The Ufo Report.
Fenómeno Ovni / Septiembre 2017
Informe del séptimo avistamiento programado en Monte Shasta (2017).

 

El 4 de septiembre de 2016 culminábamos un nuevo encuentro en Monte Shasta, la misteriosa montaña del norte de California que ha sido escenario de distintos avistamientos programados por los extraterrestres. Estas interacciones han contado con cientos de testigos, y en varias ocasiones han podido ser registradas con equipos fílmicos de visión nocturna.

En aquella reunión, los participantes del encuentro me consultaron cuándo sería la próxima cita. Y allí compartí el breve mensaje telepático que había recibido durante una de las prácticas de meditación: “Vuelvan a este lugar, Sand Flat, en agosto, entre los días 18 y 20. Estaremos…”, fue lo que me dijo “Ivika”, uno de los seres que está en contacto con nosotros desde el increíble viaje a Yungay en los Andes peruanos (2015). Pocos días después, exactamente el 9 de septiembre, anunciaba públicamente en mi sitio oficial de Facebook los encuentros programados para el año 2017, entre ellos esta nueva coordenada de contacto en Monte Shasta.

A pesar de que no quise entrar en detalles para que el evento no se nos desbordase, supe que la “invitación” de Ivika se había filtrado. Era inevitable. Ya nos ha sucedido en varios países: en las mismas fechas en que convocamos a estos encuentros distintos grupos ajenos a nosotros se organizan para acampar cerca. Aunque tengo una visión amplia e integradora del contacto, también debo decir que procuro cuidar los protocolos y la disciplina de estos encuentros, sobretodo ante la posible aparición de oportunistas. Estas reuniones son un asunto muy serio como para estar montando un circo.

Fue en Monte Perdido, en el Pirineo español -reunión celebrada el 24 de junio de 2017-, cuando esta nueva cita de contacto en Monte Shasta adquirió otro semblante. La investigadora Paola Harris había acudido a nuestra reunión en Europa y allí me informó de las intenciones del reconocido investigador canadiense Grant Cameron de venir a Monte Shasta. Cameron, apunto esto, no estaba al tanto todavía del avistamiento programado. Entonces Ivika, en una nueva comunicación telepática, me indicó que participara a Cameron de la invitación. Me insistió en que Cameron estuviese informado de que ellos se mostrarían en el cielo de Shasta antes de que el investigador acudiese a la montaña. Comprendí este “protocolo” de los extraterrestres. Sabía que la coordenada de la aparición de “ellos” estaba señalada para el sábado 19 de agosto, en la explanada de Sand Flat, entre las 21 y 22 horas.

Grant Cameron es un curtido investigador del fenómeno ovni. Se involucró en el estudio serio de los “no identificados” a raíz del famoso incidente “Charlie Red Star” (1975), uno de los casos ovni más importantes de Canadá y del cual el propio Cameron fue testigo en la localidad de Carman, Manitoba, cerca de la frontera con los Estados Unidos. Desde entonces ha dedicado grandes esfuerzos en comprender la naturaleza de los ovnis, llegando a penetrar en los Archivos Nacionales de Washington DC -realizó más de veinticinco visitas-, además de haberse entrevistado con testigos clave de avistamientos ovni que poseían importantes credenciales militares, o entrevistas con altos personajes políticos como el caso de Dick Cheney -en aquel entonces vicepresidente de los Estados Unidos-. Sería largo listar sus logros y el camino recorrido. Conocí a Grant en un congreso UFO en Nevada. Es un enorme investigador.

Confieso que no fue fácil asumir este nuevo pedido de los extraterrestres. Aunque ya hemos dado muestras públicas de nuestro contacto e interacción con “ellos”, un avistamiento programado con periodistas o reconocidos investigadores del fenómeno ovni no deja de abrumar por la responsabilidad. El caso de Cameron sería el séptimo avistamiento que anunciaba ante este tipo de testigos “calificados”.

El sábado 5 de agosto, ante un pedido mental a los extraterrestres, tuve un poderoso avistamiento en Capilla del Monte (Córdoba, Argentina), en compañía de mi esposa Sol, experiencia que me terminó de confirmar que la cita en Monte Shasta seguía vigente. Días después, me comunicaba con Paola Harris para confirmarle el contacto y que pusiera al tanto a Grant Cameron de la situación. Ahora solo teníamos que esperar.

 

Un pulso de luz sobre Grant Cameron

Unas ciento treinta personas de doce países nos reunimos en Monte Shasta atendiendo esta cita que anunciamos con casi un año de antelación. Paola Harris y Grant Cameron acudieron a la reunión y fueron recibidos con mucho cariño por los participantes, entre los cuales se encontraban otros investigadores, youtubers y hasta skywatchers como el amigo Francisco Ayala de México. A todo el campamento notifiqué las coordenadas del avistamiento del sábado para que estuviesen atentos. Y cuando se me consultó la “hora exacta” del mismo, precisé por una indicación de Ivika: las 21:33 hs. Curiosamente, luego de ello se me acercó Raquel Smith de Uruguay con una psicografía que había recibido de Antarel, en donde el extraterrestre le indicaba la misma hora que yo había recibido previamente.

Hubo algunos avistamientos el viernes 18, uno muy claro, pero cuando ocurrieron tanto Harris como Cameron no fueron testigos -ya se habían retirado de la reunión en el campamento-. Ello no me preocupó porque la cita para ellos era el sábado.

Y así, desde las 20 horas de ese inolvidable sábado 19 de agosto de 2017, todos los participantes de nuestro campamento se instalaron en la hoy famosa explanada de Sand Flat, en el mismo lugar en donde habíamos tenido otro avistamiento programado con el Dr. Michael Salla  y Giorgio Piacenza (agosto 2013).

Arriba: la reunión del grupo vista desde tierra y también una imagen aérea por un drone Mavic Pro (F. López).

Shasta lucía con una sutil bruma que tornaba borrosa la montaña y los picos de los pinos. La visibilidad no era la mejor. De hecho, cuando cayó la noche, las estrellas se veían ligeramente borrosas, y solo el paso de los aviones con sus intermitentes luces anticolisión atravesaban la membrana que nos cubría. En ese momento me preguntaba cómo sería el avistamiento ante estas condiciones pues, para ser claramente observable, el objeto debería volar tan bajo como un avión, o emitir una luz lo suficientemente potente para ser detectada sin dificultad. Para dar una idea, un avión comercial vuela a una altura aproximada de 10 kilómetros. Un satélite de órbita terrestre baja (Low Earth Orbit), está situado entre la atmósfera y el cinturón de radiación de Van Allen, a cientos de kilómetros de la Tierra. Por ejemplo, un satélite de detección se halla a unos 800 km de la superficie. Esa noche no era visible la ISS, y otros fenómenos como los clásicos “Iridiums flare” tenían poca intensidad de observación. De hecho, momentos antes del avistamiento presencié uno de esos reflejos, un débil y solitario destello en el cielo. Ya tenemos mucha experiencia en estos asuntos y, además, el equipo que nos acompaña siempre monitorea, con sofisticadas aplicaciones, el paso de satélites, la observación de Geo-Estacionarios o la referida ISS, para rebatir cualquier ataque de los detractores de turno.

Arriba: queda muy claro las condiciones de poca visibilidad que había la noche del sábado 19 de agosto. La foto superior fue tomada por un drone pocas horas antes del avistamiento. La de abajo cuatro días después por nuestro amigo Diego Barrera.

De esta forma, en medio de un gran ambiente de emoción -y de cierta tensión, debo admitirlo-, con Grant Cameron sentado a mi lado con su traductora Khaterine Castillo, “ellos” aparecieron, y en la hora “señalada”: las 21.33 hs...

Exactamente sobre nosotros, de acuerdo a nuestra percepción, sobre el sector en donde Grant y yo estábamos sentados… un objeto se encendió con un destello dorado muy hermoso. Lo señalamos con el láser buscando alguna interacción y entonces lanzó una suerte de pulso de luz blanco azulado, potente, que atravesó la bruma y desató la celebración del grupo. El propio Camerón reconoció allí, ante todos, que nunca había visto un destello semejante. El objeto, luego de haber estado estático, se empezó a mover y emitió otros pulsos de luz, hasta desaparecer. Fue un avistamiento breve -duró apenas medio minuto-, pero contundente. Los investigadores y skywatchers allí presentes no pudieron captarlo por distintas y “curiosas” razones -en este campamento Ayala no logró accionar su equipo de visión nocturna, que previamente había probado y calibrado-. Pero el testimonio de Grant y las otras ciento treinta personas era lo importante. En otras tantas ocasiones ya habíamos conseguido registrar la aparición de estos objetos.

El equipo de Francisco Ayala tuvo fallos en Monte Shasta.

 

Inmediatamente al avistamiento, recibí el siguiente mensaje psicográfico de Antarel, otro miembro de la tripulación extraterrestre que se comunica con nosotros:

Sí, soy Antarel.

Nos hemos hecho presentes en el parámetro horario y en la fecha indicada para mostrarles a todos de que nuestra comunicación es real y necesaria. Les anunciamos con antelación esta cita para que puedan evaluar todo cuanto han avanzado y aprendido.

Tenemos un mensaje para Grant Cameron. El objetivo de este encuentro programado no era convencerle de nuestra presencia, pues él ya sabe de que somos reales, que existimos. Ya ha tenido la oportunidad de verificar nuestras manifestaciones en los cielos de la Tierra. Nuestro deseo es que se sienta parte de este proceso de contacto porque todo, efectivamente, está conectado. Cameron sabrá ensamblar nuevas piezas de un gran puzzle que ha venido investigando. Su visión y trabajo podrá afectar a otros investigadores y a todas aquellas personas a las que llegue. Y cuando arribe el momento, nos podrá ver. Él lo sabe. Apreciamos que se haya dejado guiar para venir aquí.

A Paola Harris debemos decirle que nos alegra verla de regreso en este espacio marcado de contacto. Debe seguir confiando. Ella ya sabe que no está sola en esta tarea de concienciar a otros sobre nuestras reales intenciones y la importancia de lo que viene.

Colocamos una de nuestras naves sobre la ubicación del grupo, y el gran pulso que presenciaron no solo fue un mecanismo de interacción con ustedes, sino un vehículo de información, un archivo que sutilmente ha sido sembrado en muchos de los aquí presentes. A su debido tiempo sabrán decodificar lo recibido.

Vinieron por respuestas. Estuvieron atentos por pautas. Y nuestro aporte fue ese “archivo”. Nuestro sistema de contacto y los protocolos de acercamiento que seguimos nos llevaron a actuar así.

Sobre tu consulta, nos presentaremos, como ya te dije, en Marcahuasi. Es parte de un proceso de nuevas indicaciones para lo que viene. Allí se revelarán las pautas detalladas para los viajes de contacto que les anticipamos al nodo marcado en un nuevo sector de Mongolia, las selvas del Paititi en Perú, Tassili en Argelia y un punto más que pronto se les revelará.

Estén atentos a las próximas revelaciones de Stephen Hawking y su equipo. Ya lo entenderán. El camino hacia Alfa Centauro será encubierto, pero las evidencias de este salto en el tiempo serán concluyentes. Nuevos experimentos relacionados a la física de partículas y su conexión con el Minius están en camino.

Luego de cerrar esta nueva etapa del programa, volverán a Shasta en Septiembre 8 del 2018.

Antarel

 

Soy Ivika:

Ya les hemos expresado que las distintas misiones en operaciones autorizadas en la Tierra están conectadas. Y con ello nos referimos a todos los planes secundarios que armonizan con el proyecto global de impulsar una nueva humanidad que pueda enseñarnos a nosotros lo que olvidamos, lo que perdimos o necesitamos reaprender. Debido a ello los distintos ejes o coordinadores de esos planes secundarios podrían ponerse en contacto con ustedes temporalmente para unir los distintos esfuerzos en una sola dirección. Y es que los necesitamos a todos. Por ello Grant y Paola, y todos ustedes, están aquí. Se confirmará todo con el paso del tiempo. Lo verán.

Ivika

 

Emocionado, leí el mensaje y Grant lo escuchó atentamente. Fue una gran experiencia. Ya por la noche, descansando en mi tienda de campaña, contento por cómo se había dado todo, me desperté sobresaltado. Eran las 3:00 de la mañana. Recuerdo de que estaba “soñando” con distintas escenas “futuras” en relación al equilibrio climático de la Tierra, entre otras imágenes de viajes a lugares que no conocía. ¿De dónde sale todo esto?, me dije. Entonces comprendí que estaba “viendo” parte del presunto “archivo” que los extraterrestres habrían depositado en nosotros a través del pulso de luz. Aunque aún no era momento de profundizar todo ello -ya que aún no lo entendía-, adelanté algunas informaciones en la reunión final del domingo, con Grant Cameron presente -publicaré esta parte de la información en un futuro reporte-. Durante el coloquio, supe que otras personas del campamento habían tenido poderosas experiencias personales esa misma madrugada, en donde aseguraron haber visto “proyecciones holográficas” de seres muy altos caminando en el bosque. Cuando reciba sus reportes y la autorización, lo publicaré.

En la reunión final analizamos el avistamiento programado, y allí puntualicé su importancia, pues una cosa es la observación fortuita de un ovni -por más cercana que fuese-, y otra muy distinta un contacto previamente concertado que demuestra inequívocamente la intención de esos seres por acercarse a algún testigo. Ese fue el mensaje del contacto programado con Grant Cameron en Monte Shasta.

Sé que algunos escépticos intentarán convencer a Cameron de que lo que vivió con nosotros no fue real. Ya pasó en su día con Salla o la propia Harris cuando los desinformadores argumentaron que habíamos filmado drones militares -un auténtico delirio-. El contacto extraterrestre incomoda. Irrita. Pero, pese a quien le pese, lo que ocurrió en Monte Shasta fue auténtico, y así lo admitió Cameron ante todos los allí presentes. En todo caso, un objeto luminoso en el cielo no es lo más trascendental, sino todo el contexto, lo que conlleva. Y confío en que Cameron entendió ese mensaje...

Con Grant Cameron y Paola Harris en Sand Flat, Monte Shasta (agosto 2017).

Testimonio de Paraterrestre: https://www.youtube.com/watch?v=vhVdqlkPdlg&t=133s

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